FGL.

"Hay cosas encerradas dentro de los muros que si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo."

J.K.R.

"Las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de infringir daño y de remediarlo."

domingo, 2 de febrero de 2014

¿Ahora qué?

Me dicen que no voy a llegar a nada y yo les creo. Les creo porque no soy tonta, porque hace tiempo que veo las señales en el camino, porque ya no me siento capaz de seguir, de luchar, de caer y volver a levantarme, de creer en mí, de vivir. Solo tengo ganas de que este pozo infinito que es mi vida se acabe, que por fin llegue al fondo y me quede para siempre ahí, sola, sin arrastrar a los que más quiero porque sé que ellos deben seguir adelante, independientemente de mí, de lo que sienta, o de lo que crea. Estoy cansada, cansada de todo, ya no encuentro fuerzas para hacer nada. Las personas que me quieren, me conocen y me cuidan quieren que siga adelante, pero me doy cuenta de que cada vez tengo menos gente a mí alrededor, me abandonan, cambian sus vidas para adaptarlas a un mundo sin mí, y yo cada vez me siento más sola y más deprimida. Y a pesar de todo, aún sigo cada día, sobreponiéndome como puedo a todo esto, levantándome cada mañana para soltar sonrisas a diestro y siniestro, sonrisas que hacen que me termine doliendo el alma, sonrisas que hacen que estire más y más la fina cuerda que me une a la realidad, sonrisas que solo consiguen que la gente no piense en mí o en lo que me pase, sonrisas tras las cuales escondo mis más profundos temores, sonrisas que cuando llego a casa se convierten en mares de lágrimas, sonrisas al fin y al cabo. Y, además de sonreír, hablo, hablo y mucho, porque hablando evito que me pregunten, porque así siento que sigo siendo yo, mi yo de antes, la que no fingía sonrisas, sino que las sentía y la que hablaba por los codos, porque siempre sentía que tenía algo que contar. Pero ya no, ya nada es así, todo cambió sin apenas darnos cuenta, todo se esfumo como si jamás hubiera sido así. Y yo sigo aquí, sola y sin ganas, y cuando me pongo a pensar solo soy capaz de preguntarme: y ahora, ¿ahora qué? 

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