FGL.

"Hay cosas encerradas dentro de los muros que si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo."

J.K.R.

"Las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de infringir daño y de remediarlo."

martes, 22 de julio de 2014

Take it easy.

Qué complejas somos a veces las personas. Sabiendo, por ejemplo, que con un simple gesto, o que con unas palabras podemos ayudar o agradar a una persona, o incluso alegrarle el día, o la vida a alguien, no sé como somos tan bobos de no hacerlo y quedarnos tan anchos y panchos, y seguir con nuestras vidas como si nada importase salvo nosotros mismos. 
También complicamos nuestras vidas, aunque muchas veces no nos demos cuenta de ello. La mayoría de las veces que tenemos problemas en nuestra vida y llega el momento de que nos enfrentemos a ellos, solemos ver el vaso medio vacío, o las cosas cuesta arriba, como se suele decir, pero la realidad es que si en vez de temerlos o de preocuparnos por ellos, lo que intentáramos verdaderamente fuera solucionarlos o hacer que desaparecieran para siempre, nada sería igual. Hacer frente a la raíz de los problemas, o dejarse ayudar por los demás no es nada malo, sino al contrario, es lo que deberíamos hacer para que de esa forma, finalmente todos acabáramos teniendo unas vidas felices y sencillas, que, al fin y al cabo, es lo que cualquiera desea tener, vivir, aprovechar y conseguir. 
Aún así, esa no es la única clase de complejidad que presentamos las personas, nosotros mismos somos los que muchas veces nos enfrascamos en nuestros propios dilemas y pensamientos, o en algo que hayamos oído o que nos hayan contado y que, al intentar entenderlo, o analizarlo, lo único que logramos es enrevesarlo o malinterpretarlo, y con ello solo complicarnos aún más la vida, aunque la realidad sea mucho más fácil. 
Somos complejos por naturaleza, pero eso no significa que nuestro entorno, o nuestros pensamientos, o nuestras vidas y las de los que nos rodean también deban ser así. 

lunes, 21 de julio de 2014

Pensar antes de actuar es la clave.

Dicen que si te repiten muchas veces las cosas malas que tienes o que la gente piensa que te caracterizan, al final, terminas por creértelas. Creo que alguna vez me ha pasado, que me he encontrado en esos momentos en los que estoy totalmente destruida por lo que he vivido durante esa época, y que cualquier cosa que me decían, la asumía como una zombie, la absorbía como una esponja, como si todo fuese verdad y no hubiera detrás ninguna mala intención o algo rebuscado, solo palabras, solo verdades. 
A pesar de que ahora se puede decir que no estoy en mi mejor momento, ya no me ocurre eso ni lo más mínimo, cosa que me alegra. Gracias a grandes personas que han estado y están, o que han estado pero ya no están en mi vida, personas con una paciencia infinita que me han ayudado y comprendido, he aprendido poco a poco a creer en mí misma, a no caer en los oscuros pozos que representan esos comentarios malditos que algunos hacen buscando tu perdición y tu caída, he entendido que lo importante no es lo que piensen o vean o crean los demás que yo poseo, sino lo que yo contemple en mí y lo que yo potencie, cuide, desarrolle, y, al fin y al cabo, lo que yo vaya descubriendo en mí misma a medida que crezco y voy explorando el mundo que me rodea.
Me cuesta mucho entender el porqué las personas nos dañamos unos a otros, no alcanzo razones para poder ver alguna lógica en hacerle a alguien lo que no te gustaría que te hiciesen a ti mismo pues con ello te harían sentir confusión y malestar, que será lo mismo que sienta la otra persona cuando tú o cualquiera se lo haga. Muchas veces son los celos o el enfado los que hablan y actúan en tu lugar, pero, igualmente, no son ninguna excusa pues, por mucho que tus sentimientos contradictorios hacia una persona te dominen y te provoquen la realización de acciones perjudiciales hacia dicha persona, siempre hay otro camino, nunca la venganza o el daño son la dirección correcta a seguir. Y si, aún sabiendo esto, actúas de esa manera que no se debe, siempre hay solución, que no haya vuelta atrás frente a un acto o un gesto no quiere decir que no haya lugar para el perdón, la reconciliación y la amistad.
Quizá la lección más importante que se puede aprender de todo esto, y aplicar en estos casos y momentos clave que se nos presentan algunas veces en la vida, bastantes más de lo que podría parecer o de lo que uno mismo querría, es que hay que hacer las cosas tras haberlas meditado al menos un tiempo, no tiene porque ser muy extenso, puede tratarse incluso de unos segundos o de unos minutos, pero que sin duda, en el momento preciso serán más útiles y valiosos de lo que pueda parecer. Pensar antes de actuar es la clave.

domingo, 20 de julio de 2014

Todo sigue.

El mundo sigue ahí fuera, y yo no voy a su ritmo, quizá es porque yo no sigo con él, aquí estancada en mi soledad, quizá sólo he perdido el compás con el que este va.

sábado, 19 de julio de 2014

Palabras.

Muchas veces, pocas palabras, buenas, sabias y en el momento apropiado son infinitamente mejores que muchas, sin sentido ni forma.

A veces, eso no basta.

Tarde o temprano voy a explotar, lo siento desde hace mucho porque las cosas ya se están empezando a resquebrajar a mi alrededor, sin que me vea capaz de poder hacer nada. Me asusta pensar que cuando yo explote, voy a provocar que pasen unas cuantas cosas más en mi entorno, y eso no lo quiero, nunca lo he querido, yo solo quiero que todo esté bien, diría que como antes, aunque en realidad nunca lo ha estado del todo, pero quizá por eso lo deseo, porque puede que ya vaya siendo hora de que haya algo realmente bueno en mi vida. Y con esto no quiero decir que no haya habido cosas buenas, como personas que me han influido, que me han querido y yo a ellas, que me han cuidado y yo a ellas y que me han ayudado al igual que haría yo, pero que por desgracia algunas han tenido que irse o que ya no están; o recuerdos y momentos vividos que significan mucho para mí y que jamás olvidaré. Pero, a veces, eso no basta. 

viernes, 18 de julio de 2014

Yo.

A veces me pregunto como sobrevivo día a día sin afrontar de una vez por todas la innumerable cantidad de cosas que están pasando y que han pasado en mi vida. Sé que si las afrontase, aprendería a tratarlas, y haría que estas formasen parte de mi vida sin que presentasen ninguna clase de inconveniente para mí. También si las asumiese de una vez por todas, dejarían de ser motivo de lágrimas, o de vergüenza y podría al fin gritar ante el mundo todo lo que me pasa y lo que siento sin temor a ser juzgada o despreciada por los demás.
Pero, sin embargo, por mucho que me vengan a la cabeza estas preguntas día sí y día también, ¿por qué sigo igual que antes? ¿Por qué no hago algo con todo lo que pasa en mi vida? ¿Acaso soy de esas personas que se conforman con lo que tienen con tal de que esto no afecte a los que quieren y que pueda seguir ayudando a los demás y aparentando una vida normal y tranquila? La verdad es que en mis 17 años de vida, nunca he tenido claro quién soy verdaderamente, solo conozco y sigo conociendo poco a poco detalles, pequeños retales, de cosas que me gustan, que me completan, que me modelan y que me guían, pero eso es lo que hacemos todos, ¿no? Quizá los que mejor me conocen si que tengan su propia "versión" o descripción de mi persona que les sirva para cuando hablar de mí con los demás o para estar seguros de que me conocen bien y de que han "acertado", por así decirlo, dejando que yo forme parte, aunque solo sea de forma insignificante, en sus vidas. 
Siempre estoy llena de dudas, y eso no es sano, ni para mí ni para los que dependan de mis decisiones, pero, que le voy a hacer, si soy una de esas personas que o se guía por el miedo y el temor a lo que pueda pasar y venir, o que se deja influenciar de manera demasiado exagerada o fuerte por lo que piensan o digan los demás. 
Como me dicen muchas veces personas sin duda más sabias, o por lo menos, aquellas a las que hago caso más que a mí misma muchas veces, quizá demasiadas, todos tenemos problemas, no soy la única en el mundo que tienen una gran lista de cosas que afrontar, o por lo menos, que  solucionar. Pero a pesar de esto, eso ni me consuela, lo que me hace creer que soy más egoísta de lo que siempre he pensado, ni me ayuda a ser más fuerte para esas personas, aunque no puedo negar que eso si que me gustaría serlo. 
En cierto modo, esta "manía" o costumbre de no afrontar las cosas forma parte de mí, de lo que soy y de lo que siento y voy a sentir el resto de mi vida.

martes, 15 de julio de 2014

Estructura de la vida.

La vida de una persona se estructura en torno a las personas que le acompañan, las ideas que tiene, los sentimientos que siente, y las decisiones que toma. 
Las personas son sin duda lo más importante y principal de la vida puesto que sin ellas literalmente no seríamos nada. No tendríamos quien nos acompañase cuando necesitásemos una mano amiga o un abrazo, o quien nos aconsejase sobre que hacer cuando estamos perdidos o desconcertados, o quien estuviese dispuesto a ser la persona con la que nos desahogásemos sabiendo siempre que si algún día tuviese que ser al revés no habría ningún problema, o quien fuese nuestro compañero de bromas y de fatigas, o quien provocase mil y una sonrisas en nuestro rostro, o quien pudiese entendernos con solo una palabra o una mirada, o quien nos prestase un hombro sobre el que llorar, o quien nos ayudase a levantarnos al caer y que al hacerlo lo hiciésemos más fuertes y habiendo aprendido una valiosa lección, o quien no nos juzgase por nuestros actos erróneos o no, o quien nos ayudase en cualquier ocasión. Creo que muchas veces menospreciamos el verdadero papel que tienen las personas en nuestra vida y seguramente esto sea así porque no nos damos cuenta de todo lo que aportan a nuestras vidas al igual que todo lo que podemos aportar nosotros a las suyas.
Las ideas que tenemos quizá no siempre sean buenas, pero al fin y al cabo nadie es perfecto y siempre se ha dicho que se aprende más de los errores y de las caídas que se van sufriendo en el camino que siendo siempre "perfectos" y "correctos" en todo lo que hacemos, y cada día voy creyendo más y más que esto es así. Lo único que a veces veo es que aunque todos tengamos numerosas ideas, unos más que otros, y algunas con mayor o menor sentido que otras, lo que al final cuenta realmente es si aprovechamos o no estos pequeños momentos de lucidez.
Los sentimientos son la parte más impredecible e incontrolable y a la vez más desatable que poseemos. No hay ninguna forma que nos permita saber como van a reaccionar nuestras emociones ante un comentario, ante una nueva persona en nuestra vida o ante un cambio en la misma. Incluso a pesar de esta imprecisión, también son curiosos ya que aunque nosotros mismos no seamos capaces de ver lo que va a ocurrir con ellos, si que las personas que mejor nos conocen saben como vamos a reaccionar, o como nos vamos a sentir ante ciertas circunstancias. Aunque esto en realidad es bueno puesto que, aparte de que con ello pueden demostrar que verdaderamente significamos algo importante en sus vidas, además nos pueden ayudar a tranquilizarnos, a no sentirnos así o simplemente estar ahí con nosotros haciéndonos saber que podemos contar con ellas pase lo que pase.
Las decisiones pueden compararse en cierta forma con los sentimientos, porque muchas veces también son impredecibles, y porque a su vez provocan también diversas reacciones en nosotros. La mayor diferencia quizá con estos es que están estrechamente relacionados con nuestras decisiones. Quién no ha tomado alguna vez una decisión dejándose guiar por un amor, o por una fuerte amistad, o por evitar el dolor, o por temor a un cambio brusco, o por miedo. Y, sin embargo, aunque muchas veces esas decisiones que tomamos siguiendo nuestras emociones e instintos acaben de mala manera, que no siempre tiene porque ser así, seguimos actuando de esa forma, aún a riesgo de fracasar o de que acabemos mal pues muchas veces solo contamos con las emociones y los sentimientos para llegar a poder tomar una decisión. Pero también debemos pensar más a menudo en como tomamos nuestras decisiones ya que una vez tomadas, muchas veces no hay vuelta atrás con ellas, y seguramente para no arrepentirnos de ellas lo que tenemos que hacer es pensarlas más, tener en cuenta lo conocidos "pros y contras", y sobre todo, estar muy seguro de lo que conllevara en el futuro esa decisión. Y es que nuestra vida y el camino que esta forma es la sucesión de decisiones que vamos tomando, y que una vez tomadas no tienen vuelta atrás.

Reflexiones.

Insostenible. Esa es la palabra que define mi vida la mayor parte del tiempo. Porque a pesar de mis esfuerzos por abstraerme o por fingir que nada de esto está pasando, simplemente se quedan solo en eso, en míseros e inútiles esfuerzos que lo único que hacen es que la realidad que me rodea llegue un poco más tarde a mí y que cuando esta llegue, sea demasiado tarde para lamentarse o para poder hacer algo. 
¿Acaso sirve de algo que me lamente o que aunque muchas noches me acueste llorando para que no me vean mis padres o amigos, luego de cara al mundo siga apareciendo con la misma sonrisa de siempre e intentando que a los que me rodean no les pase nada si yo puedo evitarlo? ¿Acaso el resto haría lo mismo por mí? Muchas veces me pregunto que es lo que harían las personas que conozco si pasaran por la misma situación que estoy pasando yo, si siempre estuvieran pensando en los problemas que tienen aunque luego lo que muestren al resto fuese totalmente diferente, si no pasasen ni un solo día sin llorar o sentirse mal consigo mismos, como defraudados por sus actos y asustados por lo que el futuro pueda significar y deparar. Quizá así me entendieran. Quizá de esa forma no me sentiría tan incomprendida o tan sola. Quizá eso lo hiciera todo más sencillo. Y, sin embargo, cuando lo pienso, no puedo evitar sentirme culpable o egoísta por tener esas ideas ya que jamás les desearía a ninguno de ellos que pasaran por esto, o por nada, porque yo lo que quiero es que ellos sean felices aunque me lleve la vida en ello. 
Supongo que la vida es así, que se compone de etapas malas y de etapas buenas, y que el verdadero desarrollo y el reto de esta es que esas etapas vayan pasando, que se vayan sucediendo una tras otra y que poco a poco vayan conformando todo lo que la compone. La verdad es que cada día voy asumiendo más y más este significado de la vida, así como cada vez me doy más cuenta de que a pesar de que yo me sienta así, no soy la única que lo pasa mal o que tiene problemas, y al igual que yo muchas veces necesito el apoyo de los demás para salir adelante, a los demás también les ocurre lo mismo, y por eso yo quiero estar ahí, para poder ayudarles, apoyarles y cuidarles como se merecen y como me gustaría que hicieran conmigo. Y aunque muchas veces quizá yo no reciba ese trato, eso no significa que yo deba actuar de esa manera pues yo soy libre de tomar mis propias decisiones y de actuar a mi parecer.