FGL.

"Hay cosas encerradas dentro de los muros que si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo."

J.K.R.

"Las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de infringir daño y de remediarlo."

domingo, 12 de julio de 2020

Coyuntura.

Todo cae por su propio peso, o eso se suele decir, y es tan cierto como que el peso te mata mientras lo cargas y que acaba cayendo cuando ya no tiene sentido soportar tanta carga uno solo, cuando te sientes tan hundido en la tierra que necesitas ayuda para salir.
Mis múltiples pesos me están frenando tanto como me freno yo a mí misma para no caer, para no rendirme, para no ir por la vía fácil y socorrida de la verdad. 
Esa carga apenas compartida por vergüenza, por exigencia, por el fracaso que es sentirse así, hace que mis lágrimas se hayan vuelto pesadas y amargas, que mi pecho duela al no ver cerca el fin, que las palabras no salgan igual que antes, que ya no sea capaz de mirar la vida y lo que tengo como se merece.
Y verdaderamente me asusta lo que todo este peso, esta carga no compartida, estos sentimientos encontrados y demasiado difusos como para expresarlos, puedan provocar en mí.
Soy joven para tener claro quién soy realmente, pero no tanto como para no apreciar matices que me recuerdan a determinadas personas que hubo y hay en mi vida, detalles que me remontan a polvorientos momentos guardados en el cajón de los recuerdos, palabras que salen de mi boca pero antaño fueron dichas por alguien más en mi presencia. Tal y como se dice, de niños somos esponjas que absorbemos todo lo que hay a nuestro alrededor, y quizá de adultos somos esas mismas esponjas que se van exprimiendo lentamente dejando su rastro de gotas por la vida. 
Nunca dejaremos de absorber, y nunca dejaremos de expulsar, lo importante es encontrar un equilibrio muchas veces necesario. Y nuestra forma de ser estará conformada por un cúmulo de tantas cosas que pese a las similitudes con nuestra familia, amigos, profesores, y todas aquellas personas que nos marcan y nos enseñan, la mezcolanza resultante será tal que formaremos nuestro propio ser, con altibajos, con ideas alocadas, con muchos momentos improvisados, con idas y venidas, con dudas, con arrebatos, pero siempre sintiéndonos en medio de una eterna coyuntura.