FGL.

"Hay cosas encerradas dentro de los muros que si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo."

J.K.R.

"Las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de infringir daño y de remediarlo."

jueves, 30 de junio de 2016

Coyuntura.

Soy incapaz de encontrar el momento para hablar o intervenir en una conversación, y, para cuando lo encuentro o me permiten expresarme, me doy cuenta de que realmente no tengo nada para decir puesto que no tiene ningún sentido al no tener que ver con mi realidad.
Si yo en mi interior tengo un torbellino de emociones, por fuera sólo verás la calma antes o después de la tormenta, una tormenta que jamás pasará, que jamás va a ocurrir, y si ocurre, será ante unos solos ojos, los míos.
No soy fría e impasible por querer que todo esto sea así, simplemente creo que es mejor evitarlo, no dejar que a la gente que quiero la arrastre mi corriente de idas y venidas, y mi falta de aliento, mi desesperación, mis ganas de saber de una vez qué es lo que estoy haciendo con, por, y en mi vida.
Pero llega un momento en el que ya no puedes aguantar más, y que seguramente sientas que quizá no es el instante adecuado, pero que tienes más claro que nunca lo que debes decir y lo sueltas, sin freno, a trompicones, cual balde de agua, y, probablemente, como ocurre con las cosas manidas a la par que precipitadas, sin demasiado sentido en sí mismo, y, aún así, nadie puede parar ese sentimiento de determinación. La necesidad de dejar las cosas claras, al menos desde tu punto de vista, de decir todo aquello que ha estado revolucionando tu interior, y que ha carcomido cada una de tus células cada vez que te despedías sin haber dicho ni una sola palabra.
Y tras ello, las ganas de huir sabiendo que seguramente no sirva para nada, pero que tu decisión ha sido esta, y que por mucho tiempo que esperases a que tu ocasión certera llegase, en el fondo sabías que siendo como eres, difícilmente iba a ser así.
Porque los intervalos de dudas hacen que la gente se aproveche y cuente contigo para su propio beneficio, sabiendo que seguramente tú no les vas a reclamar nada, o que, para cuando lo hagas, te sentirás incapaz de saber cuándo fue el momento indicado para intervenir, o no sabrás si realmente tienes algo para decir ya que todo ha perdido su sentido.