FGL.

"Hay cosas encerradas dentro de los muros que si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo."

J.K.R.

"Las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de infringir daño y de remediarlo."

martes, 26 de mayo de 2015

Estallido.

A veces nos cuesta darnos cuenta de que la realidad es distinta a lo que pensamos simple y sencillamente porque no nos enfrentamos a ella con la suficiente perspectiva y garra. Pero, cuando llega de repente un momento en el que no sabes qué hacer, dónde meterte, o cómo seguir, todo se vuelve un maremágnum de ideas, sentimientos y recuerdos. 
Nunca me he considerado una persona excesivamente romántica o pastelosa o simplemente necesitada de amor y cariño, no más que el familiar y de los amigos, pero cuando parece que todo el mundo encuentra a su otra mitad y tú permaneces como siempre, necesitas replantearte aquello en lo que creías. Cuando el tiempo que pasas con ellos se vuelve tiempo que compartes con las parejas sientes que ya nada tiene sentido, que quizá llega el momento de encontrar a alguien que te mire como se miran ellos, que te sonría sin motivo aparente, que te escuche de madrugada o te susurre al oído palabras que sólo para vosotros tienen sentido, pero que resultan lo más gratificante del mundo.

domingo, 10 de mayo de 2015

Flash.

Rápidos pensamientos atraviesan mi mente, sin sentido, sin rumbo, sin final, sin. 
Los sinsentidos ofuscan mi mente, llena de niebla y de viejos recuerdos, y provocan ríos de emociones, agujeros en el pecho, e idas de vueltas.
Mis hombros se hunden bajo el peso de lo que supone cada segundo de vida, cada día, cada paso, cada parpadeo, cada palabra.
Me cuesta respirar, más que sonreír de verdad, o interpretar las expresiones o palabras que la gente me dirige. 
Estoy perdida en mi rutina, el camino que repito constantemente se ha tornado laberinto, y yo, yo soy la que da vueltas mientras los granos de arena del reloj sentencian la proximidad del fin.

sábado, 9 de mayo de 2015

Ciclo.

¿Qué hacer cuando sientes que por mucho que grites nadie te va a escuchar, cuando todas las palabras del mundo no parecen suficientes, y, a su vez, simplemente ninguna palabra te hace falta para mostrar todo lo que te está haciendo gritar? 
¿Por qué cuando no sigues los modelos sociales los demás te tienen que juzgar? ¿Por qué uno no puede ser o actuar como le apetezca sin encontrarse sometido a una oleada constante de críticas, miradas extrañadas y preguntas que buscan respuestas que jamás habías necesitado plantearte hasta ese momento?
¿Acaso los estándares de felicidad deben ser iguales para todos cuando no todos somos iguales? 
Toda la vida nos empeñamos en buscar eso, felicidad, perfección, amor, compañía, aceptación, en ser como todos aquellos que se empeñan en mostrarnos el camino a seguir, su camino, como si ese fuera el idóneo, cuando realmente ni sabemos por lo que han pasado, ni podemos ser como ellos, pues estamos condicionados, nuestras ideas, nuestros miedos, nuestros complejos, nuestros recuerdos, nuestras experiencias nos conforman, nos llenan, nos hacen. 
Pero a veces eso no es suficiente, ni para uno mismo, ni para el resto. Simplemente, pese a todos tus intentos de luchar, de salir, de seguir, de vivir como quieres y lo que quieres, nada parece lo que el resto busca y quiere en ti. Y te preguntas que es lo que hay de malo en ti, eso que todos pueden ver menos tú, eso que todos se ven autorizados a criticar y a burlarse y que a ti lo único que te da son quebraderos de cabeza, y ganas de llorar, de correr, de gritar.
Y todo vuelve a empezar, te vuelves a preguntar qué hacer si nadie va a escuchar lo que ahora sientes la necesidad de soltar, si el problema quizá es que tras una vida de callar y aguantar, todos te ven como alguien que no necesita hacer eso, gritar, hablar, expresarse, pues jamás lo has hecho, porque aunque ellos no lo sepan, nunca lo has visto como algo imprescindible hasta ahora. Y cuando más deseas ser escuchada, como todos esos que han recurrido y recurren a ti por tu calma, tus consejos, tus palabras, tus abrazos, ves que en realidad no hay nadie, no hay nada, solo silencio, palabras que rompen en tu interior, y corazones vacíos sin hueco para alguien que necesita eso, un corazón comprensivo, amable, sincero, sencillo, como ella es, como quiere seguir siendo, pese a que el resto no entienda por qué, y siga con su vida como si todo esto de una ilusión se tratase, de un espejismo, y no de verdaderos sentimientos que, en parte, si se parasen a pensarlo, muchos provienen de ellos.