FGL.

"Hay cosas encerradas dentro de los muros que si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo."

J.K.R.

"Las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de infringir daño y de remediarlo."

domingo, 28 de enero de 2018

Corita.

Soy la que escucha, en silencio, paciente, tranquila, cada palabra, cada sentimiento, cada confusión, cada insulto, cada golpe, cada alegría y cada tristeza.
Soy la que contesta a todo de la mejor manera que puede, que empatiza, que siente, que conoce, que padece, que quiere que el resto esté bien incluso por encima de su propio bien, y que no sabe qué hacer, y que aunque le gusta aconsejar, no quiere que la aconsejen porque no quiere sentirse vulnerable y más triste aún de lo que ya se siente.
Soy la que canta, la que lo da todo, la que sube más allá de donde pensó que subiría jamás, la que intenta encontrar la armonía de todas las cosas incluso cuando la música no forma parte de ellas.
Soy la que baila sin miedo a que la juzguen.
Soy la que va por la vida con una sonrisa eterna, la que sólo tiene 2 opciones: esa sonrisa o el más profundo de los pozos.
Soy la que quiere con todas las ganas del mundo a todas las personas que quiere y tiene, y las cuida, y las ayuda e intenta hacer que se sientan ellas mismas, que se sientan orgullosas de ser como son, y de pensar como piensan, y de creer lo que creen, y de querer lo que quieren.
Soy la que tiene tanto que decir que no dice nada, la que lo escribe porque cree que es la mejor forma de soltarlo todo pero que siente que a veces no es suficiente, la que quiere gritar a menudo porque no sabe cómo expresar todo lo que la frustra y todo lo que la asusta.
Soy la que llora en momentos insospechados, la que siempre recomienda al resto que llore porque es bueno pero que se siente tonta cuando empieza a derramar más de una lágrima.
Soy la que adora los abrazos llenos de sentimientos, los abrazos largos, los abrazos cálidos, los abrazos sencillos, los abrazos profundos, los abrazos que son tan grandes que parece que te rodean por fuera y por dentro, y que no necesitan palabras, sólo ese calor, esa sencillez, ese único gesto.
Soy la que tiene una mirada triste acompañada de una gran sonrisa porque nada debe frenarnos jamás, porque puedo tener el peor día de mi vida y que con una canción, unas palabras, una entrada, un libro, voy a conseguir que me salga una sonrisa sincera y voy a querer transmitiserla al resto, y voy a desear que todos estén felices, que sean positivos, que tengan mucha energía y quieran seguir, sea como sea, hacia delante.
Soy la que no encuentra sentido a nada de lo que hace y tiene miedo a que las cosas no vayan como tienen que ir porque no todo es fácil en esta vida, no todo es sencillo, no todo es como uno quiere, y entonces eso asusta, pero si nos asusta es porque nos importa suele decirse, entonces la incertidumbre está ahí, y también estoy yo, y lo que tenga que salir, saldrá, y lo que no, no tenía por qué ser.

martes, 16 de enero de 2018

Errabunda.

Tengo la sensación de que, de una forma u otra, siempre estoy de paso.
De paso en el lugar donde estudio.
De paso en el lugar donde resido.
De paso en el lugar donde siento que verdaderamente vivo.
De paso para unos, de paso para otros.
De paso en actividades que parecían temporales y en las que ya llevo unos cuantos años.
De paso en cosas que quiero comenzar y no me arranco, sólo les doy vueltas y vueltas.
De paso en cosas que comienzo y continuo, como escribir.
De paso en la carrera en la que siento que para avanzar tengo que abrirme mi propio camino.
De paso en algunas relaciones, en algunas amistades.
De paso en algunas vidas en las que quiero hacerme un hueco, y no siempre lo consigo.
De paso en mi propia vida, sin llegar a conocerme, sin llegar a saber lo que necesito, sin llegar a odiarme y sin llegar a quererme.
Pero estar de paso no es malo. Sólo es extraño. 
Es como que perteneces a la vez a todas partes y a ninguna. 
Eres alguien que la gente reconoce, y que cuanta más gente te conoce, más parece que te reconoce el resto, pero no. 
Y cuanta más gente conoces, más pequeña te sientes porque estás muy dividida, pero la vez más llena te sientes porque todos dejan algo suyo en ti. Y, al igual que ellos hacen eso en ti, tú esperas dejar algo en ellos, una mínima e insignificante marquita, o incluso una enorme y alucinante huella. 
Lo único que me hace dudar de esta sensación de vaivén es no saber cuál será mi siguiente paso, dónde estaré próximamente, qué me llevará allí, y si volveré o no algún día.
También me pregunto cuándo dejaré de estar de paso en ciertos lugares, porque mi etapa allí ya haya acabado.
¿Qué me deparará el futuro? 
¿Qué me deparará el huidizo destino?
¿Qué me deparará el tiempo, ese que se nos escapa tan rápido que no nos damos cuenta de que está pasando?