FGL.

"Hay cosas encerradas dentro de los muros que si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo."

J.K.R.

"Las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de infringir daño y de remediarlo."

sábado, 26 de diciembre de 2020

Retorno.

¿No os pasa que a veces llegáis a un punto en el que parece que no hay retorno?
Yo lo siento mucho cuando lloro y no me veo capaz de parar y quiero hablar a alguien, pero cómo se me puede ocurrir preocupar a alguien estando así. Entonces simplemente me quedo callada, sintiendo cómo se deslizan las lágrimas, una tras otra, y respirando para que la ansiedad que me oprime el pecho poco a poco decida irse junto con el sabor a sal.
Y sé que mucha gente leerá esto y se preocupará, yo misma lo estoy.
Otros se ofenderán pues creerán que es falta de confianza, y ni mucho menos, son esas ganas infinitas de cuidaros y que estéis bien, a costa de lo que pueda suponer para mí.
Soy tan complaciente que hasta lo hago cuando me perjudica. Y me callo cuando alguien no cuenta conmigo para algo pese a que me moleste porque pienso que la que actúa de una manera inesperada soy yo cuando planifico cada detalle, cada cosa que hago yo y que tiene en cuenta a los demás siempre que sea posible, todo.
Mi cabeza es una máquina que echaría humo si no fuera por las lágrimas. Y la música. Y los libros. Y estas entradas.

sábado, 12 de diciembre de 2020

Anhelo.

Me duele el pecho de respirar tan profundo como soy capaz con la esperanza de que las cosas cambien aunque sepa que no es posible.
Quiero despertarme un día y sentirme bien, no sentir que me falta algo, que estoy fallando a alguien, que jamás voy a acabar nada.
Tengo bolsas de no dormir que ocultan las de llorar en silencio hasta caer rendida.
Intento no rendirme cuando ya lo he hecho y la pelea interna que tengo dentro va a acabar conmigo.
Quiero gritar y correr pero no tengo adónde ir ni con qué mantenerme, ni siquiera sé cómo me mantengo aún en pie.
Estoy viviendo una eterna discusión entra varios pedazos de mi ser. Entre lo que siento y lo que llego a mostrar. Entre lo que quiero y lo que debo. Entre lo que debo y lo que no entiendo por qué no puedo hacerlo. Entre preguntar temerosa y callarme porque ya me sé la respuesta.
Y muchas veces siento que me caigo en un agujero que no tiene fin, en el que me sumerjo más y más, tanto que me asusta no ser capaz de coger aire para salir a respirar.
Suspiro profundamente, sigo adelante, y paso a la fase en la que vivo engañándome a mí misma, aunque por una buena razón, salir de esto y resistir lo suficiente hasta que me vuelva a absorber y desbordar todo lo que guardo muy adentro de mi ser.
Y me siento terriblemente mal y tonta y sola, y no lo remedio pues no hablo con quién debo hablar, ni cuando ya no soy capaz por mí misma. Pero sé que aún así tengo gente que me entiende y me apoya está ahí siempre para mí y eso me llena y me hace intentar abrirme un poco más.
Ahora aquí estoy, escribiendo estas palabras que sólo me atrevo a dejar salir a medias. No quiero asustar ni preocupar a nadie. Sólo anhelo quereros tanto o más de lo que siento que me queréis.