FGL.

"Hay cosas encerradas dentro de los muros que si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo."

J.K.R.

"Las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de infringir daño y de remediarlo."

jueves, 7 de mayo de 2020

Pandora.

Aunque muchas veces pueda parecer que no callo, guardo mucho más de lo que uno puede pensar.
Guardo conmigo todos aquellos secretos que la gente me cuenta y que la confianza que ellos han depositado en mí me hace ser consciente de lo importante que es lo que sé.
Guardo muchos pensamientos esporádicos que me atraviesan la mente sobre mí, mis inseguridades, mis miedos, mis ideas revolucionarias o más bien alocadas, mis secretos, mis malos y buenos momentos.
Guardo palabras dichas hacia mi persona con o sin previo pensamiento, fruto de arrebatos, de halagos, de peleas, de dudas, de preguntas, de silencios.
Guardo a mucha gente que ha compartido camino conmigo, y que quizá ya no siguen pero me sacan una sonrisa, y a todos y cada uno de los que siguen conmigo y me dan fuerza y seguridad.
Guardo canciones enteras, de arriba a bajo, con su ritmo, su tono, el baile que me provocan, el mejor recuerdo que tengo de ellas, las personas a las que me remontan, los lugares donde las descubrí.
Guardo imágenes nítidas y vívidas de lugares maravillosos que he tenido la suerte de pisar, y que si cierro los ojos aún soy capaz de sentir a mi alrededor la suave brisa, el olor del mar, alguna melodía sonando por el aire, algún rostro con quién me crucé.
Guardo citas de mis libros favoritos, datos curiosos y diálogos completos de películas que a veces no tienen mucho sentido y que pueden sacar de los nervios a alguien.
Guardo paseos junto a personas especiales, la sensación de sentir una mano más grande, más suave y más fuerte cogiendo la mía, pasos acompasados.
Guardo abrazos dados, cálidos, grandes, cariñosos, emocionantes y eternos, y guardo también abrazos sin dar, impacientes, llenos de amor y de ganas, sinceros.
Nosotros mismos somos nuestras cajas de Pandora particulares y está en nuestra mano decidir que sacamos de ella y cuándo, o si debemos cerrar con llave y tirarla lejos. 

sábado, 2 de mayo de 2020

Hálito.

¿Conocéis esa sensación de que por mucho aire que inhales nunca parece suficiente? 
Cada respiración parece demasiado corta, demasiado vacía, como un suspiro.
Y todo te da vueltas, y a todo le das vueltas y acabas tan mareada que la unidad solución es parar conscientemente para que el subconsciente siga con lo suyo.
Y se te pasan por la cabeza un montón de cosas, casi todas raras, tristes, fugaces, y tienes ganas de gritar pero no puedes, y tienes ganas de correr pero no tienes adónde, y tienes ganas de llorar y no puedes dejar de hacerlo.
Y todo se reduce a cenizas emocionales, a montones de pañuelos, a entradas con las que esperas que alguien te entienda cuando tú misma no eres capaz, a tentativas de mensaje que acaban en preguntarte si tiene algún sentido la confianza mutua cuando tú sólo recibes pero no das porque te asusta todo lo que puede salir de ti, porque a la gente no le encaje lo que sientes con lo que transmites, porque no quieres que nadie se sienta mal salvo tú.
Y respiras de forma pesada, calmando esos pulmones cansados de horas y horas así, y mientras tratas de pensar que como todo, esto pasará.
Y te miras al espejo, a la cámara del móvil, sabiendo que haces mal, pues el reflejo que recibes es tan deprimente que sientes que vuelves a empezar.
Y piensas en un montón de cosas, y te centras en todo aquello que te hace feliz, y en todos aquellos que lo consiguen, y lloras por tenerlos lejos, y porque cuando lean esto se sentirán mal, pero quizá asuman que no es culpa suya, ni mía, soy así.
Algunos se tragan el orgullo, yo me trago las crisis diarias, la ansiedad. 
Y claro que desbordo, y claro que acabo hablando con alguien, y me siento muy bien cuando lo hago, cuando entiendo que hay muchos factores para todo lo que siento, que en un futuro próximo algo cambiará y espero que eso me ayude, aunque también deba cambiar yo para adaptarme.
Respiro profundamente, al final todo se basa en ello. 
Necesito deciros gracias y lo siento a los que de alguna forma lleguéis aquí, y también necesito deciros que os quiero.