FGL.

"Hay cosas encerradas dentro de los muros que si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo."

J.K.R.

"Las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de infringir daño y de remediarlo."

domingo, 9 de junio de 2019

Alas y muros.

Sería algo irónico no dejar que permanezcan en nuestras vidas esas personas que pudieran darnos el mayor de los impulsos, el mejor de los apoyos. Aquellos que sentimos la necesidad de mantener a nuestro lado cada segundo, cada momento, cada día. 
Pero esas mismas personas tienen otra faceta, la de atacarnos y hundirnos, con o sin intención, sin buscarlo ni pretenderlo, sólo con su sinceridad, con su forma de ser.
Es muy irónico, un auténtico sinsentido, porque verdaderamente sí que tenemos a nuestro lado a aquellas personas que son capaces de hacer todo esto casi sin esfuerzo, de comportarse como veletas que cambian según la dirección de nuestros pasos e intenciones. Son aquellos que nos conocen como si nos hubieran parido, y en este caso concreto así es, que nos han inculcado valores, que nos han impulsado hacia nuestros sueños, que nos han llevado por el mejor camino a su modo de ver. 
Nos han ayudado a seguir hacia adelante, a encontrar nuevas aficiones, nuevos desafíos, y a la vez a mantener los pies en la tierra cuando nos los cortan de raíz. 
Resulta demasiado impensable porque la gente que nos hace daño y que nos hiere pero que no alejamos de nuestra vida en un primer momento sí que a la larga acaba desapareciendo, se acaba yendo o nosotros la acabamos echando. Pero ¿cómo puedes echar a alguien que forma parte de tu vida 100% y que se supone que hace lo mejor para ti, o al menos lo busca?
Nuestros padres son nuestras alas y nuestros muros, nuestros límites y nuestros nuevos caminos, nuestras idas y venidas, nuestros atrevimientos y nuestros miedos. Son todo lo que tenemos y conocemos la gran mayoría de nuestra vida. Le dan sentido, pero tienen el poder de quitarlo con sólo una frase tajante, una negativa, una pregunta cuya respuesta ya conoces, una mirada, una palabra, un cierre de puerta, un castigo.
Un acierto por cada mil fallos, ya sea desde su perspectiva o desde la tuya. Cada plan, cada sugerencia, siempre tiene 2 caras, la suya y la nuestra.
La cantidad de momentos únicos que nos habremos perdido por su causa es sólo comparable a todos los inolvidables que hemos podido vivir gracias a ellos, ya sea a su lado, compartiendo aficiones, películas, libros, conciertos, o al lado de nuestros amigos, pudiendo viajar, salir, vivir.
Nos ayudan a crecer, tanto literalmente como internamente, a forjarnos, a sacar lo que tenemos dentro, y por eso se suele decir que somos su vivo reflejo, ya sea aparentemente o en la forma de actuar, vestirnos, comportarnos, tomar decisiones.
Son los ángeles que nos ceden sus alas para echar a volar, y el muro que debemos escalar para llegar a ser nuestra mejor versión en la vida, y creo que nunca se lo agradeceremos bastante.