FGL.

"Hay cosas encerradas dentro de los muros que si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo."

J.K.R.

"Las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de infringir daño y de remediarlo."

miércoles, 16 de agosto de 2017

Yerra.

Las cosas no siempre son como queremos, ni se acercan casi a ello, pero nos conformamos porque es mejor vivir con el peso de todo aquello que tuvimos que dejar de lado a intentar que algo imposible sea lo que no puede ser.
Muchas veces sabemos cómo es la realidad pero nos negamos a verlo, estiramos al máximo nuestras ilusiones, esperanzas, sueños, pasiones, hasta tal punto que cuando intentamos volver al sitio en el que sabemos que todavía el dolor es soportable, hemos perdido la puerta que nos dejaba allí y deformado aquello que podía llevarnos de nuevo al lugar de partida.
Nos cuesta horrores reconocer que no todo puede salir como deseamos, pese a que la gran mayoría de las veces es lo que sucede, pero sabemos que el último paso es la resignación. Porque nadie quiere enfrentarse a un mundo en el que nada es lo que parece, en el que todo tiene sus consecuencias y estas pueden llegar a sumirte en la más profunda de las simas, en el que prima el interés por encima del amor, en el que todos buscan destacar a costa de los demás.
Pese a todo esto, contamos con la esperanza, la cual nos sostiene, una y mil veces, sin cesar en su empeño, pues da igual cuantas veces nos caigamos, o lo profunda que sea esa caída, incluso no importa que en un principio, o a lo largo de lo vivido, nos temamos que la cosa vaya a llegar a ese punto de no retorno, porque contamos con esa fiel compañera.
Junto con ella siempre nos queda el instinto, que nos ayuda a distinguir de quiénes podemos fiarnos, en mayor o menor medida, pues no todo el mundo basa su vida en el interés o en destacar, aún hay personas que intentan ayudar, ya sea en silencio, ocultos, sin que se note su presencia, estas son las personas más dedicadas a la causa, y por tanto más valiosas, o ya sea a simple vista, con actos de diverso calibre, pero de igual validez que los de los que no quieren ser vistos.
Y es que, siendo justos, somos conscientes de que nada es eterno, ni para bien ni para mal, porque la vida es un constante cambio, movimiento, y no un impás, aunque a veces se atasque y lo parezca. Por eso, aunque en demasiadas ocasiones se nos quede grabado a fuego en la piel algo que jamás esperamos que tornase en nuestra contra, seguimos adelante, hasta la siguiente estación, para bajarnos de este infinito tren y ver qué es lo que nos encontramos, con nuevos ojos y grandes sentimientos, y sabiendo que la vida nos responderá, no siempre como creemos, pero de alguna manera que nos permita avanzar, echando la vista atrás de cuando en cuando, y con nuestra mochila de vivencias siempre a nuestra vera.