Pura.
Transparente.
Llena de colores y de matices.
Cálida.
Inspiradora.
Reflejo de belleza.
Una obra de arte.
Viva.
Fluida.
Tu sola presencia puede cambiar hasta el día más gris.
Iluminas a tu paso hasta el alma más oscura.
Creas formas impredecibles solamente con tu reflejo.
Y, al caer la noche, te vuelves efímera, invisible, apagada.
Pero siempre regresas, a veces a través de otro prisma, para que tu haz de luz lo abrace todo.
Y todo empieza de nuevo.