Ir escuchando tu música preferida con los cascos mientras contemplas el paisaje a través de los cristales del coche es una de las sensaciones más perfectas que existen.
Sientes como si el mundo fuera tuyo, aunque sea tan solo un instante; como si todos los problemas que te rondan la cabeza constantemente se desvanecieran por un momento; sientes algo parecido a la felicidad.
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