FGL.

"Hay cosas encerradas dentro de los muros que si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo."

J.K.R.

"Las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de infringir daño y de remediarlo."

domingo, 21 de junio de 2020

Simulacro de futuro.

Entrada escrita un 27 de abril de 2020, dónde había más incertidumbre de la que hay ahora, o quizá al contrario.

No os pasa que cuando estáis hablando o termináis de hablar con alguien todo se os hace como más corto, más raro, más duro que la pantalla de cristal que os separa.
Ahora mismo todo es tan distinto, tan inquietante, tan silencioso, tan indescriptible, tan inesperado.
Echo de menos tantas cosas, y es inevitable no hacerlo porque estamos en una situación que echamos de más, que no esperábamos vivir, y no sabemos exactamente cómo afrontarla, qué sentir, por qué estamos así o hasta donde llegaremos, y eso me mata.
Echo de menos las charlas, estar con gente y sentir su calor, la sincronía de un grupo de personas riendo, hablando, siendo felices en cuerpo y alma, sin tapujos, sin distancias, sin secretos, todo natural, sólo palabras y vida.
Echo de menos los paseos, salir sin saber cuándo y cómo voy a volver, pisar la calle, correr para cruzar sin que te pillen, oír un claxon y no saber ni quién es, ni de dónde viene o si es para ti, esperar pacientemente en el semáforo mirando a las personas que están enfrente haciendo lo mismo que tú, escuchando música, yendo con prisas a algún lado o simplemente paseando sin pensar, sin necesidad de un rumbo fijo más allá de la calle y nuestros propios pasos.
Y es curioso, porque a la vez que hemos perdido algunas cosas, hemos ganado otras nuevas, como salir a aplaudir a los balcones, ventanas, terrazas, y cruzar miradas y palabras con personas que sólo conocías de vista o ni siquiera, y sentirnos todos conectados pese a la distancia porque estamos todos viviendo lo mismo sin saber muy bien lo que es. Y todo se convierte en una experiencia nueva porque miras al cielo y al parque que te aguarda con su manto de margaritas, y sientes el viento en la cara, y piensas que hoy hubiera sido un gran día aunque hayan caído chuzos de punta porque cada día es maravilloso si seguimos aquí, si la lucha continúa, si somos capaces de honrar de alguna forma a aquellos que lo están dando todo y a aquellos que ya no pueden dar más de sí pero lo hacen a pesar de todo.
Y qué decir del valor que damos ahora a los libros, a las canciones, a las series, a las películas, a ese montón de aficiones que hemos desarrollado y descubierto en este tiempo, y que cuando podamos salir, después de que el mundo haya estado quieto, ellas mismas se quedarán en pausa de nuevo, esperando quizá a que volvamos a retomarlas, pero sabiendo que, pudiendo ser libres, no volveremos a estar como pájaros con las alas recogidas. 
Y el valor que daremos a las cosas será único. Un paseo, un olor, una foto, una suave brisa serán algo tan nuevo que pareceremos turistas en nuestra propia ciudad, pero realmente lo que seremos es turistas de almas, de las nuestras propias, pues tendremos que recomponernos desde dentro. Subir hasta la salida, peldaño a peldaño, sin saber muy bien qué nos espera al cruzar la siguiente puerta.
Y volveremos a crear recuerdos, vívidos como ellos sólos, como si fueran películas, aunque nunca una película ha sido capaz de llenarte e iluminarte tanto y tan profundo como lo puede hacer una persona, un lugar especial, un momento único.
Y cuando estemos con alguien, por fin, cara a cara, las palabras nos saldrán a borbotones, sin control, sin freno, y recordarás lo maravilloso que es sentirse escuchado, cantar juntos en armonía, y que tus suspiros no acaben en el vacío, y las preguntas tengan al fin alguien que las responda.
Y recibir al verano este año será algo único, pues habrá llegado casi sin querer. Y seremos mucha menos gente los que seguiremos en marcha, y todos tendremos muchas más preguntas que respuestas en la cabeza, pero creo que sabremos bien lo primero que tenemos que decirnos, y que se puede resumir en dos palabras, muy importantes, de mucho peso: te quiero. O en una, sencilla, simple, básica, llena de calidez: gracias.

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