FGL.

"Hay cosas encerradas dentro de los muros que si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo."

J.K.R.

"Las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de infringir daño y de remediarlo."

viernes, 24 de febrero de 2017

Trébol.

Sabía que las casualidades existían pero no fui consciente de lo mucho que influyen en nuestras vidas hasta que te conocí.
También sabía que los nervios y la vergüenza son algo innato en mí, pero jamás me había sentido tan nerviosa como cuando pienso en ti, cuando estoy a punto de verte, o simplemente cuando estoy a tu lado, ni me había sonrojado de manera tan dulce ni tan a menudo como cuando alguien se refiere a nosotros de forma (in)consciente pero a la vez bonita y curiosa, o simplemente un rápido recuerdo sobre nosotros atraviesa mi mente, dejando a su paso una estela con un sinfín de sensaciones.
Y es que sólo tú eres capaz de que por un segundo pare de pensar en un millón de cosas a la vez para centrarme en sólo una, en ti, en nosotros.
Me gusta cuando nos intercambiamos los papeles y me cuentas tus planes, tus sueños, tus proyectos, mientras yo escucho fascinada todo lo que me dices porque viniendo de ti me resulta todo interesante y porque me permite saber cada día un poco más de ti.
Cada vez que me saltas con un "¡guapa!", mi corazón pega un pequeño saltito de regocijo porque eres tan amor que te encanta simplemente pillarme desprevenida y ver mi reacción, tanto a esto como a todo.
El amor es tener a alguien que te pregunte qué te pasa a cada instante sin necesidad de decir nada, que te cuide y te mire siempre como si no hubiese nada más. Esto era algo que yo ya intuía pero que contigo he podido aprender, sentir y valorar que es así realmente, que una mirada basta para que millones de pensamientos acerca tuyo me embriaguen pero una sola pregunta pueda servir para conocerlos todos.
El magnetismo entre nosotros es tan evidente que tus labios resultan como un imán para los míos, para callarte con ello mientras una sonrisa se desliza en nuestras comisuras y nuestros ojos se cierran dulcemente.
Que tú eres la noche, la luna, la calma, la fiesta, y yo mientras soy el día, el sol, la tempestad, el hogar.
Una cosa que me encanta de lo que tenemos es que da igual cuánto haya pasado desde la última vez que nos vimos, un día, una semana, un mes, siempre nos recibimos como si nada, una sonrisa, un beso, un qué tal, y todo es como siempre, como si la distancia entre nosotros fuese un suspiro, y realmente con esta naturalidad, es así como se siente.
Eres de esas pocas personas que han llegado a sacarme de quicio, cosa que tenía clara que podía pasar desde un principio, pero, a su vez, también formas parte de aquellas que han conseguido que tras ello les mire de una forma diferente, más profunda, más vívida.
Cuando tus amigos te dicen que has cambiado, que yo te he cambiado, siento algo cálido en el centro del pecho, pues no sabía que yo era capaz de hacer que alguien cambiase por mí, ni había sentido nunca esa sensación antes. Pero luego pienso, y no creo que hayas cambiado, al menos no como la propia palabra dice, sino que en mí has encontrado a alguien con quien ser tú mismo, al igual que yo he encontrado en ti una comodidad que me hace sentir como si estuviera en casa, estemos aquí o allí, o donde nos lleve la vida.
Con el tiempo me ha dado cuenta de que somos más iguales de lo que creía, sobre todo a la hora de administrarnos nosotros mismos lo que sucede a nuestro alrededor, y es que, pudiendo y queriendo resolverlo por nosotros mismos, no queremos preocupar a nadie más, al menos hasta que la cosa se vuelve insostenible y ya no somos capaces de ver siquiera la solución. Es una parte admirable, pero que al compartirla ambos hace que a veces estemos lejos sin quererlo, no hablo de kilómetros, hablo de sensaciones. Es nuestra capacidad para volver a encontrarnos en las tinieblas del pensamiento la que me hace sentir viva de nuevo, y un poquito más cerca de ti, de nosotros.
La prueba más grande de lo que significa todo esto es lo mucho que me ha costado y me cuesta encontrar estas palabras para acabar describiendo con ellas tan sólo una mínima parte de lo que verdaderamente es lo nuestro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario