FGL.

"Hay cosas encerradas dentro de los muros que si salieran de pronto a la calle y gritaran, llenarían el mundo."

J.K.R.

"Las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de infringir daño y de remediarlo."

jueves, 22 de septiembre de 2016

Turbulencia.

Dicen que aquellos a los que quieres son los únicos que verdaderamente pueden llegar a hacerte daño.
Es curiosa la contradicción en sí misma que tiene esta frase, pero ¿acaso no es la vida una pura contradicción? Porque uno podría creer que cuando alguien te quiere, invierte todos sus esfuerzos en mantener lo que tenéis, ya sea amistad, amor, familiaridad o algo más. Y, sin embargo, es esta relación la que al final termina por alterar nuestro ecosistema emocional de una forma insospechada en un principio.
Un arrebato de palabras atropelladas, un gesto descontrolado, una mirada incriminatoria, o simplemente diferencias de opiniones hacen que se desencadene la mayor y peor de las guerras. Aquella donde los puñales no tienen freno ya que contienen cualquier información que hayas compartido con esa persona. Aquella donde cada insulto es como una bala pesada para el corazón. Aquella donde todo lo que tenía sentido lo pierde porque el rencor ocupa más terreno del que jamás llegó a ocupar el amor. Aquella donde no hay ganador ni perdedor, sólo vencidos. Aquella de las que dejan huella.
Y luego, la calma. El silencio. El dolor. La lluvia de preguntas y pensamientos. El paso de miles de recuerdos cual película a través de nuestros ojos. La nostalgia. La sensación de soledad. Las ganas de un caluroso abrazo pese a que por primera vez dudes de si será correspondido o no.
Entonces es cuando comienzan a salir las palabras en dirección contraria a la que tomaron la última vez, acompañadas de un montón de emociones que te llenan y que necesitas soltar antes de que sea demasiado tarde como para recuperar a alguien que tiene un lugar ya ganado en tu interior y a quien te dolería perder hasta el fin de los tiempos. Y, a la par que intentas que todo vuelva a su cauce, crece un miedo en tu interior a un posible rechazo, a que ya no sea posible la vuelta atrás, pero entiendes que si es así, pues es lo que toca y debes adaptarte lo mejor posible, así como la otra parte intentará hacer también.
Pero, si tienes suerte, tus palabras serán acogidas y respondidas a la par, y en un momento todo volverá a ser como siempre había sido, sin reproches, sin culpas ni disculpas, sólo confianza, cariño y respeto.

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